La rentabilidad se estanca en las letras del Tesoro a tres meses, mientras que cae ligeramente el papel a nueve meses, ante la elevada demanda de los inversores minoristas
El Tesoro coloca bonos a 3, 5, 15 y 30 años con una caída de la rentabilidad, en consonancia con la moderación en las expectativas de subidas de los tipos de interés del BCE